No sé muy bien cómo debería explicar todo, ni cómo escribir cada cosa que me conmueve y me encoge el alma, pero lo que sé es que nada puede continuar así.
Ella siempre fue una persona demasiado confiada, aunque la vida cada vez le enseñaba a que no podía confiar tanto, a veces incluso, los de tu propia sangre se convierten en tus peores enemigos, pero a ella le gustaba ser así. Decía que no había apenas personas malas de verdad, que si alguien hace cosas mal, muchas veces es por desconocimiento de las consecuencias, o porque no sabe lo que pueden doler, en otros casos son enfermedad transitoria de celos o rabia, pero que muy pocas personas hacen daño por hacerlo, porque disfruten viendo sufrir.
De esta forma, con esa confianza en el ser humano, vivió su vida, la traicionaron, le hicieron daño, pero siempre intentaba ser empática con la gente que la dañaba, intentaba entenderlos, aunque poco a poco iba creciendo la sensación en ella de que nadie se paraba a entenderla a ella.
Así conoció a su amor, o debería decir uno de sus amores, pero sin duda, lo amo de diferente forma que a los demás.
Él se metió en su piel, confió en él cuando le decía que siempre que lo necesitara iba a estar ahí, que nunca la engañaría o la haría daño, que él no era como todos, pero la verdad, es que sí que lo era, incluso en según qué aspectos, mucho peor que los otros, porque siempre se ha dicho esa frase de: «Dios yo me salvaré de las aguas bravas pero sálvame tú de las mansas» y es una frase bien cierta, porque no hay nadie que te traicione más, ni que haga más daño, que aquel que viene de bueno, de especial, de un ser con moral y ética, porque los que vienen a zarpazos esperas sus malas reacciones, pero los que vienen calmos te cogen totalmente desprevenida. Así entró él en su vida, calmo, sereno, con aires de moral y principios, pero carecía de todo ello.
Ese ser, se inventó todo un personaje para atarla a su alma, un ser intachable, inteligente, con palabras cultas, con palabras de amor jamás pronunciadas y aires de proyección de futuro juntos. La hizo sentir especial diciendo que nunca había sentido nada parecido por otra persona, que incluso ahora se desvivía para hacerle regalos para que se sintiera bien, cuando nunca antes lo había hecho con ninguna pareja. Él era feliz porque con ella, podía ser él mismo, y ella se enamoraba de quien era, no de quien representaba ser para el resto del mundo, y por supuesto, le revelaba secretos que nunca había contado a nadie, porque sólo ella parecía entenderlo, y podía compartir todo con ella sin temor a ser juzgado.
En definitiva, era un tipo que le gustaba crear personajes para todo el mundo, y simplemente lo que hizo es uno nuevo que fuera compañero gemelo de las virtudes de ella, de lo que ella pedía en una pareja, de lo que ella quería para un futuro, de lo que le pedía a la vida.. simplemente la estudió, y creó ese personaje para ella, y añadió las cosas típicas que a cada mujer nos gustan, porque es cierto que ellos se enamoran por la vista igual que nosotras por los oídos. Pero él no contó con algo, aunque a ella le gustaban las palabras, era una persona más inteligente que la media, y lo que se fijaba era en los hechos, y los hechos empezaban a ser muy contradictorios comparándolos con las palabras.
Así empezaron las primeras discusiones, viendo que no era fácil de engañar, pasó a lo que suelen hacer los hombres, girar la tortilla, hacerla culpable, paranoica, celosa, con mal carácter y varias artimañas a las que acuden los hombres cuando ven que no tienen razón y no es fácil engañar a quien tienen en frente, entonces mejor engañar a todo el resto, para que piensen lo peor de ella, por si a ella se le ocurre hablar, descubrir el personaje que es, que nadie la crea, pues al fin de cuentas está «enferma».
Lo peor sin duda no es lo que piensen los otros, que lo es, porque nadie tiene derecho a ensuciar tu nombre, pero aún así, lo peor es que esa clase de personas te llegan a hacer dudar de ti misma: ¿Realmente seré celosa? ¿estaré exagerando la situación? ¿quizás vea fantasmas donde sólo hay sombras? Y ahí está el fallo, cuando dudas, porque la duda te lleva a darles más oportunidades para, no sólo que te sigan engañando, si no para que al final las dudas sobre ti misma crezcan tanto que al final acabes odiándote cada vez que estás con él, o bien por ser tonta y darle más oportunidades de seguir dañando, o bien porque pone tus nervios a flor de piel cuando detectas que cree que eres tonta, y acabas estallando como nunca antes lo habías hecho y eso, ni va contigo, ni te gusta… así que cada vez aparte de tener más dudas sobre ti misma, empiezas a no gustarte.
Nunca buscó pruebas para saber si lo que ella pensaba era verdad, pero siempre de una forma u otra aparecían esas cosas que decían a gritos y en fluorescente «te está engañando».. tras un sinfín de cosas así, no necesitaba buscar, debería haberlo dejado, pero siempre surge esa duda, «y si lo que parece no es» «y si realmente él se siente ofendido porque nada es verdad», no deberías de rebajarte, pero entonces lo haces, incluso pides disculpas, pero empiezas a observar todo con ojos más grandes, te fijas en si esconde su móvil, si se va a hablar lejos cuando tú estás delante, si se pasa largas horas en el ordenador, y le sonríe a una pantalla, y si empieza a salir más tarde del trabajo.. y por supuesto, la mayoría de cosas pasan, porque simplemente todo lo que pensabas no eran paranoias, no eran alucinaciones, ni ataques de celos, sólo era que la verdad se representaba ante ti, pero en el fondo no querías verlo. Muchas veces aquí las mujeres fallan, y por supuesto, ellos santos inocentes son simples muñecos en manos de terceros, sean amantes o amigos, que lo llevan por mal camino, y pasamos a atacar a los otros, aunque realmente si él va por ese camino es porque quiere y le interesa y si hay otra, probablemente con la otra estará jugando igual que contigo, y le dirá el monstruo que eres y lo incomprendido que se siente a tu lado y que sólo ella lo entiende, pero que no te puede dejar por «x» o «y»… es decir, se mostrará como una víctima ante ti, pero también como una víctima tuya ante los demás, aunque realmente sea verdugo… Entonces nosotras pasamos a atacar a su entorno, a sus amistades o amantes y familia, haciéndolos culpables y aunque bien es cierto, que en ocasiones esos seres que lo rodean hacen las cosas con malas intenciones, la mayoría de veces, sólo están siendo tan engañados como lo eres tú, y él, pobre inocente, se sigue saliendo de rositas de todo.
Poco a poco, indagando descubres que lo mismo que te decía a ti, se lo decía a todas, que realmente no fuiste nada especial, sólo una herramienta más que utilizar en su camino, quizás para dar celos a otra, quizás para no estar sólo mientras buscaba a otra persona, quizás por subir de posición social, o simplemente porque eras la única que realmente lo alababa, y hay personas muy sensibles a los halagos. No fuiste especial en su cama, no fuiste esa persona especial en la que podía confiar, sino esa tonta demasiado confiada a la que poder utilizar, contigo nunca se mostró tal cual era, sino que hizo un personaje de lo que a ti te gusta, jamás te quiso, pues alguien que te quiere no te deja mal con mentiras, pero sobre todo, con ella, fue ese ser insignificante y cobarde parecido a una sanguijuela, que te chupa sangre, alma, tiempo, dinero, y todo lo que pueda sólo en beneficio de él mismo, hasta que se asegura que estás débil para manejarte a su gusto y antojo… es decir, un desecho humano.. pero nunca te olvides que él existió porque tú se lo permitiste, porque a la primera mentira que descubres, a la primera que te das cuenta que las palabras no van con los hechos, deberías dejarlo, y no permitir que te maltrate psicológicamente ni que te falte al respeto, ni darle oportunidades para que siga mintiendo, pues aquel que lo permite es un necio.
Muchas veces esto, querida amiga, viene porque desde pequeñas nos han enseñado frases que no son ciertas, como que «el amor es sufrimiento» falso, el amor nunca es sufrimiento, si sufres estamos hablando de desamor, no de amor, porque si amas, y te aman, no puedes sufrir nunca, pues nadie te causa un daño. También están esas frases tan espeluznantes que dicen que lo difícil sabe mejor.. falso, cuando alguien te lo pone especialmente difícil, es que no tiene ningún interés en ti, eso sí, puedes intentarlo a ver si cambian las cosas, pero en principio muy pocas veces cambian. Por último, están esos cuentos infantiles que dicen que si tú amas, sin duda el otro ser se dará cuenta, y no podrá otra cosa que hacer que amarte y sacarte de ese mundo infernal en el que vives, cuando la realidad, es que porque ames, los demás no están obligados a amarte, y que muchas veces, vives en un mundo mucho mejor y que el infierno muchas veces es el que te trae la propia pareja, y que aquí nadie te salva de nada, eres tú la que debes aprender a salvarte, y si tienes suerte que alguien te acompaña, perfecto, pero jamás tu vida, tu felicidad debes ponerlas en manos de otros porque eso casi nunca resulta.
Y ¿por qué hablo de ella?… pues porque esa gran amiga, esa persona soy yo, pero ya no soy yo. Por desgracia o suerte, me transformaste, tengo que decir que me gustaba más esa persona empática y confiada que le gustaba el ser humano pese a las patadas que recibía, pero cuando te rompes huesos, quizás el hueso suelde bien, quizás escayolándolo durante un tiempo u operándolo vuelva a realizar las mismas funciones que hacía antes, pero ese hueso, en algunas ocasiones seguirá transmitiendo dolor al resto del cuerpo, pues una vez quebrado, se vuelve a reponer, pero ahí sigue como un acto reflejo un dolor que recuerda que hay que tener cuidado, que hay que ir con precaución pues cualquier nueva caída te puede causar mucho más daño y lesiones irreparables, y en definitiva, te recuerda que una vez estuvo quebrado. Y no es muy diferente lo que pasa con el alma o el corazón, que una vez alguien lo ha hecho pedazos, una vez lo han roto, un recuerdo en forma de dolor viene de vez en cuando y te dice, ten cuidado que esto es lo que puede pasar, puedes hacerle caso o no, pero es muy difícil ignorar algo que latió ahí tan fuerte, es difícil o, diría que imposible, no dejar que las malas experiencias te transformen, y tú sin duda, fuiste una de las peores experiencias.
Espero que seas feliz, y no diré, porque ni siquiera lo siento, que te darás cuenta de quién era en tu vida cuando me hayas perdido, porque es absurdo quien se consuela así, pues las personas como tú, nunca se dan cuenta lo que pierden, y de hecho no puedes perder algo que nunca has querido, así que seré honesta conmigo misma, y no pensaré ni por un momento que te arrepentirás de todo lo que me has hecho, pero igual, sí que espero que seas feliz, pues si lo eres, cabe la posibilidad que no le vuelvas a hacer pasar a nadie por lo que me hiciste pasar a mí.
Así me despido definitivamente de ti, no se despide la persona a la que decías amar, sino otra totalmente diferente, más dura, y que por fin, pese a que le asusten los cambios, ha decidido dar el paso de volver a ser ella, de volver a caminar y salir del atolladero y la amargura, porque ella es suficiente para hacerlo y no necesita un príncipe que la rescate ni mucho menos, un monstruo que la ayude a caer más.
Nuestras barcas surcarán definitivamente separadas.