Hoy día me descubrí mirándote y de nuevo noté el cosquilleo en mi estómago como si del primer día se tratara.
Estás en el baño, afeitándote ante el espejo, y no se me ocurre nada más sexy, y no se me ocurre nada más tierno.
No sé por qué me atrae tanto esa acción, ¿será porque es varonil?, ¿Será porque al subir el mentón puedo tu pulso descubrir?.
Y me pregunto: “¿será esto amor o solo es lujuria?”, mientras miro embobada como te enjabonas. “¿Será amor o será pasión desenfrenada?”, mientras empiezas a sentirte un poco inquieto con mi mirada.
Paseas tus manos por tu tez bronceada, cubriéndola de nieve desde las mejillas hasta la papada. Y sigo el movimiento de tus manos, como si de mi cuerpo se tratara y entre cierro los ojos pensando: “debe ser amor sino ¿por qué late así mi corazón?”
Me miras de reojo a través del espejo, y suspiro viéndote, como paseas tus manos por el rostro.
“Quizás solo sea lujuria”, pienso mientras haces la cuchilla tuya.
Llenas la pica de agua tibia, y el vapor sube dificultando un poco la respiración, no sé si es el vapor o es el sentimiento el agitador. “Sí, debe ser amor”.
Ahora pones la cuchilla fría en la carne tibia, y la paseas por el lateral del cuello de abajo arriba. Y yo siento la frialdad de la cuchilla como si de mi piel se tratara, y no se me ocurre mejor sensación, y por momentos siento calor. “No debe ser amor, solo puede ser pasión”.
Tuerces el cuello para ver mejor el lateral ante el espejo, y así me dejas al descubierto la otra parte de tu cuello. Y veo debajo de la nieve tus pulsaciones y la expresión de tus ojos en el espejo, y te mordería como vampiro sediento pero me contento con morder mis labios hambrientos.
“¿Qué es este sentimiento?”.
Cuando vas a rasurar el otro lado de tu cuello, me adueño del arma y pido ser el verdugo de tu vello. Te sientas y te pones en mis manos aunque se nota que temes mi desconocimiento. Y de momento me entra el miedo, de hacerte daño sin quererlo. “Debe ser amor sino no lo entiendo”.
Pongo la cuchilla en tu cuello, y de golpe te noto indefenso, y hace que mis pupilas se dilaten, ese sentimiento, mientras sigo mordiendo la boca temblorosa de deseo. Y provoca que el aire me falte, y al mismo tiempo me siento poderosa, juguetona y lasciva y respiro entrecortada como si hubiera subido a la más alta cima. “¡Uff! es lujuria no amor y me ahogo en ella no tengo respiración”
De improvisto tu voz ronca irrumpe: – “Más despacio que esto hace daño”, y sonrío de medio lado y se despierta la malvada: -“Eso te lo dije yo más de una vez y nunca cediste”, ahora era mi voz la que hablaba. Él sonríe y veo bajo la nieve su sonrojo, y su sonrisa me calienta como sol de primavera, de forma pura y sincera. “Entonces sí que es amor, porque no hay sonrisa que caliente a un corazón que no siente”.
Accedo a tu barbilla, montaña de conquistas, y su forma redondeada hace que piense en otro lado de tu anatomía. “¡Ay! Es lujuria, ¡madre mía!.
Mi sonrojo es evidente, mi latido hasta se escucha, y bajo mis manos siento el bombeo de tu sangre encendida, mientras avanzo hacia la mejilla. “Amor te dejaste el labio superior”. Y tu nariz levanto y acaricio por encima de tus labios viendo en sus comisuras, un poco de espuma. Cojo la toalla, y los limpio de blancura, la acción me llena de ternura y beso sus comisuras. “Es amor sino ¿por qué siento ternura?”.
Y cojo de nuevo el arma fría, y lo paso de nuevo por tu bigote, y al observar tu gesto de dolor, y ver la punta de tu nariz que redondeadita me apunta como dedo acusador, no veo nada más bello, así que en la punta deposito un beso tierno. “Sí, es amor”.
Y al acercarme a ella vuelvo a ver tu boca color fresa, y así con la nata por el lado, me entran ganas de lamerla. “Que terrible confusión; ¿es lujuria o es amor?”
Carraspeo y sigo con mi trabajo prestándole toda la atención y cuando acabo mi obra descubro tu mirada, de pupilas dilatadas apuntando solo en una dirección. Y ahora se inflaman los objetos de admiración, hay como no salga corriendo se me abre el botón.
Paso de ser amazona a ser potrillo desbocado, y de mi deseo siento vergüenza y busco una salida a bocajarro. ¿Por qué siento vergüenza si es mi ser amado?, ¿Cómo he podido tener tanto descaro?.
De golpe coges mi mano, que con tu dedo has acariciado, y tan simple gesto me ha calmado. Y tu voz habla de nuevo: -“esa mezcla entre lujuria e inocencia me vuelve loco altera mi paciencia. Vamos amor, vamos amazona, que ahora el dominado pasará a ser dominante que ahora la amazona pasará a ser amante”. Es lujuria delirante.
Ya cuando entre tus brazos reposo, me siento inmensa me siento llena, me siento única me siento reina. Y oigo el latido calmado y pienso debe ser amor y lujuria entremezclados, porque si no fuera amor no me entregaría así a mi amado, y sino hubiera lujuria, no habría chispa que desencadenara en la furia del amor apasionado.