No me quise despedir, pensando que así jamás te irías-
No sé si en tu vida, fui demonio o ángel, seguramente tuve algo de las dos partes.
Creo que no lo merecía, pero no importa si la respuesta es sí, simplemente no lo quería.
Dicen que cuándo hay un final hay un principio en otra parte o quizás en otro lugar, pero aquí nada puedo cerrar.
No te culpes, no llores, o me extrañes, que aunque sea un ángel caído, conservo aún mis alas para cuando me decida poder volar.
Emprende tu viaje, renace, vive y no me observes más; a mi pena no te debes encadenar
No me quise despedir pensando que así jamás te irías, pero ahora, después de tantos años, entiendo que te debo dejar marchar.