FOTO REALIZADA POR: HELENA BENTUÉ
Era un nuevo día. El sol jugaba con las nubes que adornaban un cielo de azul inmenso.
Mientras miraba por la ventana, se preguntaba, qué es lo qué le había hecho tomar esa decisión definitiva.
Había avisado muchas veces, había tragado con muchas cosas fuera de lugar, había intentado dialogar, pedir de buenas, llorando y hasta incluso gritando… lo había intentado de todas las maneras.
No pedía mucho, pero los mínimos en una relación los quería. Nunca pedía algo que ella no estuviera dispuesta a dar, de hecho pedía mucho menos de lo que ella daba, pero quería esos mínimos, que eran respeto, sinceridad, lealtad y fidelidad. El resto si estaba bien, sino también, pero eso es lo que quería, sin ningún tipo de peros, ni excusas, ni tonterías típicas de las sanguijuelas.
Nunca había buscado pareja, ellos la encontraron. Sus parejas empezaron de forma casual, eventual, o como se quiera llamar al destino.. cosas que en principio parecían pasajeras, sin complicaciones. Sin embargo, luego las relaciones cambiaban, y le reclamaban ser algo más en su vida, lo que se exige a alguien con quien vas a compartir un futuro. NO solo le exigían esas cuatro pilares, sino bastante más, cosa que no le importaba mucho, y daba de forma gustosa. Pero le reventaba que la tomaran por tonta.
Si algo había aprendido, es que cuando te portas bien con alguien, intentas entenderlo, intentas razonar, piensan que lo vas a aguantar todo, solo porque estás perdonando demasiado, solo porque les das una y otra oportunidad, piensan que siempre vas a estar ahí, pues perro ladrador poco mordedor.. y a fin de cuentas siempre dice lo mismo, pero siempre está ahí.
Todos exigían, todos requerían, pero no estaban dispuestos a tolerar una exigencia, no estaban dispuestos a dar, lo básico, que son esos cuatro pilares. Matemáticamente, cuando empiezan a saltarse uno, van al por el siguiente, y al otro, y al otro, hasta que al final los derrumban provocando el final de algo que no tiene sentido.
En el momento que los derrumban, eres tú misma la que empiezas a faltarlos también, y entonces es cuando viene el crack, cuando te estás convirtiendo, o te están convirtiendo en alguien o algo que no te gusta… es cuando decides, que debes tomar otro camino porque seguir al lado de ese ser, es dejar de seguir contigo misma.
El día anterior varias frases, hicieron saltar definitivamente ese crack. Él decía:
-Te mereces algo mejor
jajaja, que patético!!! si me merezco algo mejor, porque no me das algo mejor en vez de basura? ES increible que alguien encima de joderte de la vida, se haga el «buena persona»… dan tanta pena cuando dicen esa frase!!!
-El problema no eres tú, soy yo
Bueno y si tú eres el problema, ¿por qué no solucionas el problema? el primer paso ya lo has dado, ahora lo demás va corrido. Sin embargo, de nuevo es la misma artimaña infantil. Cuando ya dicen esta frase, te entran ganas de revolcarte por el suelo a carcajada limpia… ¿¡Pero se creerá que soy idiota!?
-Es que eres tan buena persona, que no te merezco.
Pues mira hombre, entonces tendrías que dar las gracias, pues aún sin merecerme me tienes, entonces porque me das patadas en vez de apreciar lo buena persona que soy?
-Eres tan endemoniadamente inteligente y perpicaz
Ah claro se me olvida que la única función de una mujer era ser un adorno, y aunque vea las cosas callarse y tragar con todo.
En fin, frases tan… tan… cómo decirlo? patéticas, infantiles, sin sentido, estúpidas. Te joden la vida, encima se hacen los buenos, las victimas, y aún, hasta te dan pena, y sino estás al loro, aún dices, uff pobrecitos que mala vida les doy exigiéndoles solo lo que no se debería ni exigir.
Algunas de esas frases habían salido el día anterior, esta vez no ante una pelea, sino en un momento de relax.
Ese mismo día había descubierto otra mentira, sin embargo, ya ni le apetecía discutir, ni siquiera decirle que lo sabía, solo escuchaba sin hablar … mientras se preguntaba cuántos momentos de silencio habían compartido juntos… ninguno, jamás había compartido un momento de silencio, quizás porque eso es lo que más te dice si estás con la persona adecuada, el saber estar en silencio y sin embargo agusto uno con el otro, compenetrados el uno con el otro… sin embargo, cuando algo falla los silencios son incómodos, se evitan.
Muchas personas se penetran en carne, se penetran en cuerpo, sin embargo, pocas se penetran en espíritu, en alma, y los silencios son los que te indican esa dualidad en uno, esa unión perfecta.
Ella nunca había tenido eso, cuando no hablaba, era porque no le apetecía compartir con ese ser su yo propio, sus pensamientos, o ideas, porque pensaba que no merecía la pena, o sabía que detrás de un comentario siempre iba a haber un reproche.
Ese día, le informó:
-EStoy cansada de mentiras, estoy cansadad de faltas de respeto, te he avisado muchas veces, e incluso has estado apunto de perderme, esta vez, no pienso decir, no pienso discutir, no pienso hablar. ESto está acabado.
Por supuesto a sonrisa incrédula, después del sobresalto. Las frases típicas culpando a paranoias, celos, y todas esas cosas que suelen decir cuando es evidente que están mintiendo, cosas que al final, te resbalan. Y por supuesto, la amenaza final: «pues tú te lo pierdes, y no te daré opción de volver» jajaja.. por supuesto que no, la única que da las opciones es ella.
MIra de nuevo por la ventana, recoge sus cosas y se va, con el alma rota, pues a fin de cuentas, y aunque sea ella la que abandona, ha querido con toda el alma, se ha entregado por completo, y aún quedan restos de ese sentimiento, así como la costumbre, y porque no, la necesidad. Se va sabiendo que habrá momentos de melancolía, de añorar, he incluso de indecisión ante coger un teléfono para volver a oir su voz, pero se va sabiendo que no puede seguir allí, que lo único que queda de algo que nació puro, es eso, una necesidad creada a partir de un sentimiento sincero, una necesidad que en vez de construir lo único que hace es destruir, se va, porque sabe que si se queda, ya no será ella misma, sino un esprecto de algo que fue, se va porque sabe que eso no le conviene y le acabará destruyendo, pues esa persona la necesita pero jamás la amó por eso la trata como nada, y al final, quedarse a su lado es dejarte de amar, convertirte en otra que no quieres. Se va porque seguir con él, es seguir sin su yo más profundo, es callarse, tragar, hacerse la tonta y aguantar todo.
Hoy, había tomado una decisión. Ya había dado muchas oportunidades, ya había avisado mucho, ya había tolerado, tragado, aguantado cosas que nunca se deberían de dar en una pareja, ya le había dado tiempo más que suficiente para rectificar, para que sus palabras fueran acompañadas de hechos.
Mucho tiempo llorando, mucho tiempo luchando contra la desesperación y ahogándose en ella, la sensación de fracaso, mirando los recuerdos, preguntándose un por qué, luchando por no volver a caer, mientras las pocas noticias que tenía es que él estaba bien, estaba intentando nuevas relaciones, hasta que al final lo consiguió, y por supuesto, lo bien que la trataba, no decías nada ante la gente quizás por orgullo, pero en casa aún se preguntaba más y por qué a ella no. Si, ya sabes, está mal compararse, está mal pensar así, está mal valorarse bajo los ojos de la otra persona, y todos sabemos decirlo, pero a la hora de la verdad, muchos de esos pensamientos te inundan la cabeza, aunque no los admitamos ante la gente, y sobre todo la pregunta «el por qué» «debes ser mala para que traten como una persona?»
Conformarte con que la decisión la tomaste tú y era lo que te convenía, pero por alguna extraña razón, esto no te sirve.
Hasta que al final sosiego, luz, el no importar el «por qué» de ese trato, y sonreir, animarte, vivir… y de nuevo vivir.
Tiempo después, sin haber explicado gran parte de lo que sentía ese día, porque no merecía ya la pena, y bastantes explicaciones había dado durante toda la relación sin que él ni se parará a intentar entenderla, dando su opinión y acallando la suya, sin escucharla, colgándole el teléfono, desconectándose del messenger, largándose de la casa, o dándose la vuelta en la cama, y dando la vuelta a la tortilla de todo, aparece de nuevo, un simple mensaje, un mail y una llamada perdida.
Y qué decir entonces.
Una canción lo dice todo.
A BUENA HORA (SERGIO DALMA)
Domingo de Otoño 9 de la noche
Sentado en mi cuarto y pensando lo que el tiempo esconde
Mirando las fotos, leyendo tus cartas gritando tu nombre
Domingo de otoño 9 de la noche
Hace un momento me has llamado después de tantos años
Quiza tu conciencia y mi paciencia se han vuelto aliados
Me dices que en este momento quisieras estar aquí
A mi lado
A mi lado….
Y yo que hasta sonrío por no empezar a llorar
Has perdido tano tiempo y no has querido regresar
A buena hora
Vienes a decirme que yo soy esa persona
que ha sabido darte lo que el corazón no borra
ahora te equivocas
A buena hora
vienes a curar el alma que dejaste rota
Y a cambiar mi vida porque ahora se te antoja
A buena hora
Domingo de Otoño 9 de la noche
la madre experiencia me ha dicho que ya no me conforme
el tiempo y los años colocan a uno donde corresponde
lo que nace puro tambien se corrompe
Y tú como te atreves otra vez a dar marcha atrás
Has tenido tanto tiempo mejor te quedas como estás
Permíteme decir…
Que a buena hora
vienes a decirme que yo soy esa persona
que ha sabido darte lo que el corazón no borra
ahora te equivocas
A buena hora vienes a curar el alma que dejastes rota
Y a cambiar mi vida porque ahora se te antoja
A buena hora…
Para escucharla pulse aquí
En catalán es más dura. Me gusta bastante más la letra.
Si quieren ver la letra en catalán con la traducción de la misma pulse aquí
Besines en cantidades industriales ;o)