LA QUE HAY AQUÍ PERDONA PERO NO OLVIDA

 

Una vez escuché una canción creo que de Camilo Sexto que decía: “quererte así, es querer ganar el cielo con amor, es haber perdido el miedo al dolor, es luchar contra nadie en la batalla y ahogar el fuego que me nace en las entrañas, quererte así, quererte así”

Creo que esa canción define bien nuestra relación.

Te pasaste un largo tiempo intentando ser mi pareja, me traías flores cada domingo me dibujabas un mundo lleno de romanticismo. ¡¡¡Qué triste la realidad!!!

Me alababas constantemente, me llamabas y eras atento, parecías tierno y casi todo el mundo me decía, “¿qué esperas? Es una maravillosa persona, vamos o ¿es que quieres estar sola?”.

Así entre palabras y gestos me dejé embaucar, sin darme cuenta de la triste realidad.

Y aunque con recelos, después del primer año, te aprendí a amar.

Quedé colgada de tus gestos como loca en la cornisa que hace equilibrios entre la brisa solo por ver tu dulce sonrisa

Y dejé de ser virginal para ser mujer apasionada, que hubiera dado hasta su vida, solo por sentir una vez más tus caricias.

Mujer enamorada, que esperaba tus llamadas, que el teléfono cogía ilusionada, solo por oír tu voz, que esperaba emocionada, que el fin de semana llegara, solo para estar entre tus brazos, solo por yacer en tu regazo.

Pero ¿a quién amé realmente?, ¿a ti?, o ¿a mi idea del amor?.

Está claro que durante el primer año tu fuiste atento pero cuando decidí abrir mi puerta del todo, cambió y me mostraste tus secretos. Secretos crueles y descarnados y que poco a poco me iban apartando de tu lado.

Lloré, grité, e intenté sacar tu parte de humano, pero en tus entrañas solo había odio inseguridad y sentimientos angustiados.

Me negaba a admitir que tan gran monstruo pudiera existir. Pensé que el amor lo podría todo; pobre ingenua, pobre despojo.

Tus palabras de amor se convirtieron en desprecios, tu ternura en desasosiego, tus caricias en golpes, tu amor en inseguridad, y tus palabras de amor en reproches.

Nadie me podía hablar, porque sabía que luego había castigo, nadie se podía acercar porque sabía que luego me ibas a amenazar.

Y con miedos y pena guardaba mi infierno, y de cara a la gente sonreía, para que nadie se viera involucrado en tan triste agonía.

Y las mujeres envidiaban mi suerte y yo sonreía llevando a cuestas mi cruz camino de la muerte. Nadie sospechaba nadie sabía, y entre miedos empecé a buscar la forma de salir de tan triste agonía.

¿¿¿¡¡¡Y a qué le teme más un loco sino es a otro loco!!! ????

Me subestimaste amor, me creíste hundida pero no hay más fiera que la leona herida. Te equivocaste amor con amenazar a mi familia, porque eso despertó porque eso el vaso colmó. Y de mis cenizas renací, y de mis amarguras aprendí.

Mi resurgir casi me costó la vida, pero no hubo golpe que doliera, no hubo daño que penetrara porque allí sabía que de una manera u otra todo acabaría.

Y para tu desgracia me hiciste fuerte y para tu agonía me hiciste más sabia. Así que no me destruiste, así que no conseguiste llenar mi vida de odios ni miedos, porque dentro de este cuerpo, había demasiados buenos sentimientos, para que un loco modificara todo el amor que sentía dentro.

Y acabó fui libre de nuevo, mi alma renovada. Y lo único que quedó de ese amor, fue un sentimiento de dolor que se fue convirtiendo en pena, pena por ese pobre hombre, pena por esa pobre bestia.

Y quien te crees tú, siempre presumiendo que te pertenezco, y quien te crees tú, pobre alma en pena. Y quieres ser mi amante, vete a suplicar a otra, pobre ignorante, porque dentro de este cuerpo hay demasiada mujer para tan poco hombre.

Así que no te quiero de nuevo en mi vida, y tu arrepentimiento no me llega, y no te acerques a mi vida, porque la que hay aquí perdona pero no olvida.