Cada vez que sonreís me enamoro yo

amor frase cantante

Me paso los días leyendo frases inspiradoras sobre las pérdidas de seres esenciales en tu vida. Os pondré un pequeño ejemplo:
-Cuando alguien desaparece de tu vida da gracias a Dios pues ha oído tu petición de apartar lo malo de tu vida.
-Hay personas que vienen para quedarse siempre hay otras que pasan como una enseñanza.
-Perder a alguien no deja de ser una oportunidad.
Quizás tengan razón, pero el problema es que se pierde a alguien cuando realmente quieres a alguien. Es decir, no perdemos amigos de verdad, perdemos conocidos, no perdemos familia de verdad, perdemos parientes, no perdemos amores, perdemos escarceos sexuales, ni siquiera una se pierde a si misma, sino que pierdes partes de ti… sin embargo, no sé si interiorizo yo la idea que quieren dar estas frases, pero cuando pierdes a alguien de verdad, un amor, un familiar, un amigo, alguien que te hace latir, vivir, sentir, no creo que sea posible asumir tal pérdida, quizás te acostumbras a vivir con el dolor de haberlos perdido, pero nunca superas la pérdida.
Bob Marley decía: «Me dijeron que para enamorarla tenía que hacerla sonreír. El problema es que cada vez que sonríe, me enamoro yo»
Y ahí radica el problema, que cuando realmente perdemos en lo profundo del alma a alguien, ese alguien es el que nos ha hecho sonreír, no un día, no un mes, ni siquiera un año, sino que todo el tiempo que ha permanecido a nuestro lado ha optado por hacernos sonreír. Estos son los esenciales, los verdaderos familiares, amigos, amores, los que han puesto tu sonrisa como su bandera.
A lo largo de este tiempo he perdido personas así, personas que eran esenciales y he aprendido a vivir con ello, a ponerme una coraza e intentar ser dura, incluso a no expresar muchos de mis sentimientos, no puedo decir que por miedo, quizás sí por no sentirme vulnerable, o por intuir que tampoco importa mucho lo que pueda sentir., la cuestión es que la vida sigue, sientas lo que sientas, y eso es lo que importa a la mayoría de gente, aunque quizás muchos se hayan apeado en alguna estación y no sepan muy bien como volver a subir al tren.
Por mucho que duela, añores y extrañes, lo que sí te demuestra esta vida que no siempre hay quien te haga sonreír, y que la pendiente de una cuesta que parecía imposible que se pudiera complicar más, no sabes cómo lo hace, pero acaba siendo totalmente vertical y nadie te ha facilitado unas cuerdas o arneses para subirla. Y que cuando a veces sí hay alguien que intenta sacarte una sonrisa, no puede, o quizás no sea como tú quieres, pero por lo menos estará ahí para intentarlo.
Hay quien dice que si algo deseas con toda la fuerza de tu alma, el universo entero conspira para dártelo, entonces quizás descubres que lo que te falta es fuerza o alma, porque no llega a pesar de desearlo, rezarlo, esperarlo y agradecerlo.
Aún así, yo sólo sé que hay personas en mi vida que han sido, que son muy grandes, quizás sea demasiado sensible para ver que las pérdidas son positivas, sólo sé que no quiero perder a nadie más de los grandes, por positivo que fuera en mi vida. Sólo sé que no tengo miedo a que entre alguien grande en mi vida, que me haga sonreír cada día, pero sí a que parta.
Entonces vienen los de siempre, que irrumpen en tu cerebro a patadas si es necesario, y son grandes, y te dicen cosas grandes, aunque en el fondo, actúen igual que tú, y te das cuenta, que lo verdaderamente importante de tu vida, es a quien tienes, no importa, si es uno, dos o mil, porque las cosas buenas no se miden por cantidad, sino por calidad.
Y cómo acaba esto? Sencillo, el mundo seguirá cambiando, girando y hay quien se apeará de éste, hay quien no querrá seguir, y tendrás que soltarles la mano, pero lo que importa es que uno se acostumbrará a vivir con esa pérdida, y llevará su grandeza siempre dentro, y que habrá algo que no cambiará por mucho que lo externo se mueva, y es el gran sentimiento de amor que has tenido hacia esos grandes de tu vida.
Hace unos días alguien irrumpió en mi vida, entró a patadas, me hizo sonreír, probablemente se apeará, pues a veces conoces a personas idóneas en momentos inadecuados, sabes que debéis estar juntos, pero no acaban así todas las historias. Nunca me ha pasado nada igual, ha sido todo como si fuera una ola fría y despiadada que me ha despertado del letargo, la cosa es que no sé cómo expresarlo, pero me ha dejado jodidamente flipada. No hay una sensación tan atemorizante y a la vez tan abrasadora, ojala algún día todos mis grandes la conozcan.
Disculpadme por no explicarlo, pero de momento es sólo mía, porque quiero saborear cada reacción de mi cuerpo, cada aliento que derrocho, y cada pálpito que me hace sonreír, incluso quiero saborear las dudas y preguntarme, ¿son los de alrededor los que te hacen sonreír o sonríes porque decides hacerlo?. No importa, lo que importa, es que este instante no morirá nunca aunque fuera una futura pérdida. Me tiene loca, sí, maravillosamente loca y tendréis que hacerle un hueco en mí, porque chicas, chicos, sois tan grandes, que ocupáis todo mi ser, aunque sé que le haréis sitio porque en el fondo, sin vosotros, nadie más hubiera podido entrar.

2 respuestas to “Cada vez que sonreís me enamoro yo”

  1. Dedicado a esas personas que cada vez que sonríen, e incluso aunque no lo hagan, me enamoran cada día.. Mireia, Raquel, Álvaro, Pily, Lola, Carlos, Ramon, Karmen, Elena, David, VAne, Begoña.. y muchos más, aunque nombro los que ahora mismo están más cerca… también para los que se fueron y no querría que nunca hubieran partido, Papá, José, Fidela, Gabriel… y digo lo mismo, hay muchos más … porque me enamoráis cada día.

  2. jajajaja, bueno el comentario, pero no, ahora mismo hace siglos que no hay nadie en mi mente ni vida, este texto es de hace mucho tiempo sólo que lo leí hace poco entre mis escritos y lo subí para de alguna forma darle gracias a mis grandes.. esas amistades que siempre han estado ahí de una u otra forma… jajaja me hace gracia tu comentario.. la verdad es que hace muchos meses nadie me tiene loca.

Deja un comentario